lunes, 6 de junio de 2016

Sobre la televisión... y la publicidad


Obsérvese el anuncio de cerverza que ocupa el encabezado. Lo he encontrado por casualidad mientras buscaba este otro anuncio de más abajo, que es el que ocupa este post. Sobre el de arriba... Sin comentarios... No he eludido la tentación de reproducirlo... Pero... ¿de verdad hace falta eso para vender cerveza?

En contra del pensamiento dominante, he de decir que creo que ver la televisión es un ejercicio muy útil y enriquecedor para las personas que nos dedicamos a las llamadas ciencias sociales, humanas y de la salud. También debería de serlo para quienes desean desarrollar un espíritu crítico y abierto desde su propia cotidianidad. Sin ningún tipo de coste y con muy poco esfuerzo la televisión nos ofrece un material valiosísimo y de primera mano para entender un poco de eso, de cómo son los procesos sociales, humanos y saludables cotidianos. Que es lo que nos interesa a los científicos y a los críticos, ¿no?

Desde luego no es recomendable dedicar mucho tiempo a ese ejercicio, so pena de caer subyugado a él. Pero unos minutos al día siempre están disponibles y, como digo, hacen bastante bien a la ciencia y al conocimiento en general de la realidad, sea esta lo que sea. Recomiendo (es lo que yo hago casi todos los días; aunque esto no tiene por qué ser generalizable; y dedicando un máximo de 30 minutos sumando todo el proceso) las siguientes secuencias:

a) Informativos

b) Programas de debate político

c) La llamada "televisión basura" de la que en España disponemos de una gran oferta

Pero de todo, todito, todo, lo mejor son los anuncios. Este que reproduzco a continuación viene llamando poderosamente mi atención desde hace pocos días. 

La trama inicial es la que es y queda bastante clara. Ok. Lo que me encanta es que el título -y con él, el mensaje- del anuncio es "Las pequeñas cosas". Es bastante probable que tomarse una caña de cerveza sea uno de los pequeños placeres que la vida pone a nuestra disposición, de acuerdo con el aprecio que hay que tener por las "pequeñas cosas", sí. Siguiendo los dictados dominantes de la New Age. Pero... ¿gambas, cigalas o suquet de peix de primerísima calidad a 100,00 euros la ración? ¿En una paradisíaca isla del Mediterráneo?

¿Cuál es tu experiencia acerca de las "pequeñas cosas? ¿Qué opinas?

¡Saludos!


domingo, 5 de junio de 2016

Motivación, superación, autoestima,…

Imagen: encontrada en internet libre de derechos

Hay bastantes cosas en este mundo tan raro que nos circunda al tiempo que nosotras y nosotros lo circundamos que me llaman poderosamente la atención. Por ejemplo, todos los discursos de motivación, superación, mejora de la autoestima y etcétera.

Desde luego no son nuevos. Es posible que hayan existido siempre; no en vano las religiones pueden tener una gran parte de sus bases en esas cosas. Y también es posible que en tiempos de crisis económicas, estos discursos se refuercen. Como los de la espiritualidad. No soy el primero que lo dice, aunque ahora no recuerdo exactamente quien lo dijo antes. Sorry.

Hace unos veinte años asistí en mi ciudad a la presentación de un curso de esos de motivación en los que la gente acaba caminando descalza sobre brasas. Creo que aún se hacen esas cosas. Las modas se repiten. O no se terminan nunca, que es lo mismo...

Lo que más gracia me hizo de la presentación fue que uno de los presentadores -sic- dijo tan alegremente y todo convencido que no era psicólogo, pero que se presentaba como tal porque cualquier persona es capaz de actuar “como si” lo que quiera actuar. Solo necesita eso, motivación… Esto me motivó bastante para abandonar la presentación y, por supuesto, no inscribirme al curso. Ya tenía claro que no lo iba a hacer. La verdad es que pagar 600,00 euros más o menos por estar dos días hablando de lo bueno que eres, lo mucho que vales, abrazando a todo dios y caminando sobre cenizas no me parece una inversión muy aconsejable.

Pero bueno, todo esto viene a cuento de que ayer vi en la televisión una entrevista que le hicieron a un deportista de élite y ‘coach’. Hasta aquí nada nuevo ni destacable. Lo que hacía especial a esta persona es que era invidente. Sí, ciego, que no ve.

Sin ninguna duda tengo un gran respeto y aprecio hacia todas las personas con capacidades diferentes a las habituales. Y, sin ninguna duda también, me pareció que este chaval hacía cosas tremendamente especiales incluso para muchas personas que sí que podemos ver. Nadar, correr, bicicleta,… a niveles de rendimiento deportivo muy elevados.

Lo que me molestó un poco es que en un momento dado me dio algo de 'cosa' el aire de triunfador –a lo que el entrevistador le ayudaba mucho, claro- del chico. Llegué a pensar algo así como, “qué envidia no ser ciego para poder hacer todas esas cosas”. Y aquí está el asunto que me trae a escribir en el blog. Que este chaval, o cualquier otro, sea campeón en deportes paralímpicos es excelente. Que eso se venda como un producto más del coaching de motivación y tal, ya me parece tremendamente cruel. Cruel para las muchas personas en su situación o parecidas -u otras- que nunca llegarán a ganar una medalla olímpica, salir por la tele haciéndose publicidad, escribir y publicar un best-seller de autoayuda, ni cobrar una pasta por sus conferencias.

Claro que mientras haya quien pague por eso…

Por cierto, el subtítulo del best-seller es "El secreto está en tu mente". En fín...

Vale, lo dejo aquí por ahora…